Radiografía de la abogacía madrileña

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Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid

El Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha realizado, junto con la empresa GAD3, el “I Estudio sobre la situación de la abogacía madrileña”, cuyos resultados ofrecen una visión detallada de la vida profesional de los cerca de 75.000 colegiados y colegiadas en Madrid. El estudio aborda temas como el perfil sociolaboral de los abogados, sus condiciones de trabajo, el nivel de ingresos, los desafíos de la conciliación laboral y personal y el uso de la tecnología en la práctica legal, entre otros. Los hallazgos revelan tendencias significativas en la profesión, proporcionando una base para futuras mejoras y políticas en el sector legal de la capital española.

Uno de los rasgos definitorios de un colectivo tan extenso como el de la abogacía, con casi 75.000 profesionales colegiados en Madrid, es su fuerte heterogeneidad. En términos de especialidades legales, áreas de práctica, experiencia, contextos laborales o relación con la tecnología, la diversidad en el sector legal resulta tan elevada como la casuística que afrontan cada día sus protagonistas desde sus distintas ocupaciones.

De los despachos unipersonales a las grandes firmas jurídicas con cientos de letrados en nómina, de los jóvenes que buscan hacerse un hueco a los veteranos que ejercen hasta el último aliento, la práctica de la abogacía alberga una amplísima gama de situaciones y circunstancias. Sin toga, las asesorías jurídicas, la función pública y la academia acogen mayoritariamente al segmento de los no ejercientes, más dispar aún.

Toda esta heterogeneidad confluye en el censo del ICAM, que arroja una foto fija sobre el perfil de los profesionales de la abogacía madrileña. Así, según los datos más recientes del mismo sabemos que, de los 74.651 colegiados que integran la institución, un 61% son ejercientes (45.328), mientras que el 39% (29.323) no ejerce. Además, 5.030 profesionales (un 7%) pertenecen al Turno de Oficio. En cuanto al género, el reparto es muy equilibrado: de media, la abogacía madrileña se distribuye casi a partes iguales entre hombres (51%) y mujeres (49%). Sí se aprecian diferencias significativas en determinadas franjas de edad: así, los profesionales de menos de 40 años son mayoritariamente mujeres (el 37% de las abogadas se encuentra en esa franja de edad, frente al 27% de los hombres). La media de edad de los colegiados varones es de 51 años, mientras que la de las mujeres es de 46. Respecto a la antigüedad en la profesión, en el caso de los hombres es de 20 años y 15 en el de las mujeres. También por el censo, conocemos la nacionalidad de los colegiados: españoles en un 94%.

Sin embargo, más allá de estos porcentajes demográficos, poco se conocía hasta ahora de la realidad de una profesión muy dispar en sus formas de ejercicio y condiciones laborales.

“Esta iniciativa nace de la necesidad de obtener una visión clara y actualizada de cómo nuestros abogados y abogadas enfrentan los desafíos y oportunidades en su práctica profesional. Este estudio es crucial, ya que nos permite identificar y entender la amplia gama de prácticas y experiencias dentro de la abogacía madrileña. Desde abogados autónomos y ejercientes en despachos unipersonales hasta aquellos empleados en firmas de mayor dimensión o en el sector público, cada uno desempeña un papel vital en el tejido jurídico de nuestra sociedad”, explica Eugenio Ribón, decano del ICAM.

“Nuestro compromiso continuo con el bienestar y el desarrollo profesional de nuestros colegiados hacía necesario tener una comprensión más profunda y actualizada de las diversas realidades que enfrentan en su vida profesional diaria”, señala.

Para ahondar en estas cuestiones, el Colegio ha contado con la empresa GAD3, que ha liderado el trabajo de campo y el análisis de los resultados. El estudio, que puede consultarse completo en la página web del ICAM, se estructura en torno a seis grandes bloques: perfil socio laboral de los abogados/as, perfil del abogado ejerciente, vulneración del derecho de defensa, el abogado joven, nivel de digitalización y conciliación.

Situación laboral de la abogacía madrileña: mayoría autónomos y con mayores ingresos en la abogacía de empresa

El estudio del ICAM y GAD3 refleja que, dentro de la gran variedad que existe en la profesión, hay un denominador común: la mayoría de las personas colegiadas ejercen la abogacía en un despacho (el 65%), mientras 2 de cada 10 (19%) son abogados de empresa, un 8% trabaja en la función pública y el 4 % se dedica a la docencia o a la investigación.

En este reparto se observan diferencias significativas entre ejercientes y no ejercientes. Así, casi la totalidad de los ejercientes (el 84%) desarrolla su profesión en un despacho. En cambio, en los no ejercientes este porcentaje baja hasta el 36%, otro tercio de estos es abogado de empresa (31%) y uno de cada seis trabaja en un organismo público (16%).

El pluriempleo está presente en la profesión, con un 6% de los colegiados/as trabajando en más de una posición al mismo tiempo.

Respecto a las dimensiones de los despachos, una significativa proporción de abogados ejercientes, el 73%, trabaja en despachos pequeños (38%) o unipersonales (35%), en particular los mayores de 45 años. Mientras las mujeres trabajan en mayor medida en despachos unipersonales (37%), entre los hombres predominan los despachos pequeños (40%). Atendiendo a la edad, los jóvenes menores de 35 años tienden a trabajar en mayor medida en despachos grandes (19%).

En la abogacía de oficio, a la que están inscritos un 7% de los profesionales colegiados, priman los despachos pequeños (entre 2 y 10 personas) y, sobre todo, unipersonales.

En cuanto al régimen laboral, más de la mitad de los letrados madrileños (el 52%) trabajan como autónomos. Entre los ejercientes, esta cifra crece hasta el 68%, mientras que en los no ejercientes se invierte la tendencia: siete de cada diez trabajan como empleado por cuenta ajena (72%). Un 5% se define como autónomo trabajando para un empleador, lo que conocemos como ‘falso autónomo’, siendo una situación más frecuente (hasta el 9%) en el caso de colegiados jóvenes ejercientes.

Contrariamente a la media, los abogados junior, especialmente los menores de 35 años, tienden a inclinarse hacia el empleo asalariado, lo que sugiere un cambio en la tendencia laboral.

Nivel de ingresos: abogacía de empresa y no ejercientes por encima de la media

¿Cómo de rentable económicamente es la abogacía? Según los datos que arroja el estudio de GAD3, la abogacía madrileña se situaría en la parte alta de la tabla de las profesiones, de media, mejor remuneradas. Los letrados madrileños, en promedio, ganan unos 45.700 euros brutos anuales, con un 52% superando los 40.000 euros anuales.

No todos los distritos de Madrid son iguales: los colegiados con ingresos más elevados se concentran en áreas acomodadas en el centro y norte de la capital.

Pero las diferencias en el nivel de ingresos no se producen solo según la ubicación, también hay variaciones en función de cómo y en qué destino profesional se ejerce la abogacía: los colegiados de empresa son quienes más ganan de media (53.000 euros brutos anuales), seguidos por aquellos que trabajan en un organismo público (46.000 euros brutos anuales) y, en tercera posición, los que trabajan en despachos (43.600 euros/año). También perciben ingresos superiores de media los no ejercientes (50.600 euros/año) respecto a los ejercientes (42.400 euros/año); y los asalariados cobran de media más (48.400 euros/año) que los autónomos (43.900 euros/año). Al final del ranking de ingresos se encuentran aquellos que se definen como ‘falsos autónomos’, que cuentan con 36.295 euros brutos al año de media.

Por tramos de edad, entre los ejercientes los mayores ingresos se encuentran en la banda 45-55 años, seguida de la franja de mayores de 65 años.

También hay saltos significativos según la dimensión del despacho en el que se trabaje: los abogados ejercientes de despachos grandes son quienes más cobran de media: 57.000 euros brutos al año.

Especializaciones y práctica Legal

En cuanto a las ramas del Derecho en las que los colegiados ejercientes practican la abogacía, hay que destacar que un 74% lo hace en más de un campo, con un predominio del Derecho Civil, al que se dedican un mayor porcentaje de colegiados (70%), seguido por el derecho procesal (41%), laboral (39%), penal (34%), de familia (34%), mercantil (33%) y administrativo (32%). Por debajo de un tercio se encuentran las siguientes especialidades: fiscal o tributario (13%), derecho internacional (5%) y derecho constitucional (4%).

En cuanto al género, las abogadas tienden a tener una presencia destacada en áreas como el derecho familiar y laboral, mientras que los hombres se concentran más en el derecho procesal.

Perfil del abogado/a joven

Entre los jóvenes (menores de 35 años) predomina la presencia de mujeres colegiadas, que suponen el 56% de las personas entrevistadas. Por norma general, el abogado joven, en la mitad de los casos (54%) es ejerciente y en siete de cada diez casos trabaja en un despacho (71%).

En lo que respecta a las mujeres jóvenes, hay mayor proporción de ejercientes (56%) y que trabajan como abogado de empresa (24%).

Por otra parte, siete de cada diez abogados jóvenes son asalariados (72%). Esta proporción es mayor entre las mujeres (75%) y entre los no ejercientes (84%).

Aunque el salario medio del abogado joven es de unos 35.000 euros brutos anuales, hay una notable diferencia según dónde ejerza la profesión: así, los abogados jóvenes que trabajan como abogados de empresa o en despachos grandes consiguen unos ingresos casi un 40% superiores, alcanzando los 43.300 euros de media. En el otro extremo se encuentran los jóvenes profesionales que ejercen en despachos medianos o pequeños, con unos ingresos medios de 27.900 euros/año, o en despachos unipersonales, con 23.900 euros brutos al año.

Dificultades en los inicios profesionales

Los abogados y abogadas jóvenes, en general, destacan la precariedad laboral y la falta de experiencia como las dificultades principales que se encuentran al iniciar su carrera profesional. Además, los jóvenes ejercientes destacan una mayor precariedad laboral y una mayor dificultad en la captación de clientes que los no ejercientes.

Entre los hombres, la captación de clientes despunta en mayor medida como una de las principales barreras para iniciar su carrera profesional. Por su parte, las mujeres hacen una mayor referencia a la falta de orientación profesional.

Los profesionales jóvenes de despachos unipersonales muestran una mayor preocupación por la captación de clientes. Sin embargo, en los despachos grandes destaca la alta competitividad como una inquietud relevante.

Vulneración del derecho de defensa

Un 71% de los profesionales encuestados afirma haber experimentado algún tipo de maltrato, descortesía o restricción en el ejercicio del derecho de defensa. Los casos más frecuentes se dan en las áreas de derecho constitucional, penal y procesal.

Al analizar la relación entre la vulneración del derecho de defensa y el género, se observa que las mujeres, con un 74%, superan la media en términos de casos de este tipo. En cuanto a la edad, el grupo más afectado por este tipo de situaciones se encuentra entre los 36 y 45 años.

Los abogados y abogadas que trabajan en despachos han sufrido en un mayor porcentaje maltrato por parte de los tribunales (un 75% de media), no habiendo diferencias apenas según la dimensión del despacho: de los de mayor tamaño a los unipersonales, más de 7 de cada 10 profesionales denuncia haber pasado por algún tipo de estas situaciones. Sin embargo, la abogacía de empresa es quien menos las ha sufrido, descendiendo el porcentaje al 57%.

Tipos de vulneración del derecho de defensa y frecuencia

Entre aquellos abogados que afirman haber experimentado una vulneración del derecho de defensa, una mayoría significativa destaca las dilaciones en la tramitación de los procedimientos, los retrasos injustificados en la celebración de actuaciones judiciales y el trato desconsiderado verbal y escrito como las situaciones más frecuentes.

De los profesionales que han sufrido alguna clase de vulneración, un 96% declara haber experimentado 2 o más situaciones de este tipo. Mientras los hombres declaran sufrir una limitación indebida de los informes orales en juicio, las mujeres señalan en mayor medida haber experimentado trato desconsiderado verbal o escrito.

Actitud frente a situaciones de vulneración del derecho de defensa

Llama la atención que más de la mitad de los colegiados que han sufrido vulneración del derecho de defensa (61%) han optado por no hacer nada al respecto, un 29% lo ha denunciado en redes sociales o en su entorno profesional, un 19% ha presentado una queja en organismos de la Administración de Justicia y solo un 13% ha presentado una queja en el ICAM.

Digitalización en la profesión

En cuanto al grado de digitalización, el estudio muestra que las herramientas más extendidas en la abogacía son el correo electrónico, las herramientas de ofimática (Word, Excel, etc.) y la firma electrónica. Por otro lado, el software de análisis de datos y la inteligencia artificial son las que menos implantación tienen entre los abogados colegiados en Madrid.

Los letrados ejercientes del ICAM utilizan en mayor medida tecnologías como la firma electrónica y las bases de datos jurídicas.

Los no ejercientes emplean mayormente las herramientas de colaboración en línea, el software de análisis de datos y la IA.

Por sexo, las diferencias del uso de herramientas digitales son muy pequeñas. Sólo en las herramientas de colaboración en línea las diferencias son notables, siendo las mujeres las que hacen un mayor uso de esta tecnología.

Tomando en cuenta la edad en relación con el nivel de digitalización, destaca nuevamente la similitud entre los diferentes grupos. Sin embargo, existen diferencias notables en las herramientas de colaboración en línea y el software de gestión, que es más usado entre los jóvenes.

En líneas generales, los despachos grandes muestran niveles de digitalización más altos. Esta diferencia resalta especialmente en cuestiones como las bases de datos jurídicas, las herramientas de colaboración en línea, el software de gestión y el uso de redes sociales.

Equilibrio entre trabajo y vida personal

En el capítulo de conciliación, el 52% de los profesionales colegiados declara tener algún tipo de dificultad. Este porcentaje se incrementa al 58% en el caso de las mujeres y entre los ejercientes. Por edad, a medida que esta aumenta los abogados declaran tener menos dificultades para conciliar. Por otro lado, quienes acuden a los tribunales muestran más problemas de conciliación que los que no lo hacen.

En cuanto al tamaño del despacho, es en las firmas grandes donde se presentan las mayores dificultades de conciliación. Por nivel de ingresos, los colegiados comprendidos en el segundo decil (10K-20K) muestran más dificultades.

En relación a las principales razones que dificultan la conciliación entre la vida personal y laboral, las personas encuestadas señalan la excesiva carga de trabajo, la duración de la jornada laboral y la dificultad para establecer límites y desconectar. Los hombres destacan la extensión de la jornada laboral en mayor medida que las mujeres. Estas últimas, en cambio, señalan la falta de apoyo de políticas públicas que ayuden a la conciliación.

Entre los abogados jóvenes, las mayores distancias respecto del resto de grupos se dan en relación con la extensión de la jornada laboral y la falta de medidas de flexibilidad relativas al lugar de trabajo. El grupo de edad de 36 a 45 años señala la falta de apoyo en políticas públicas y los mayores de 45 mencionan la sobrecarga de responsabilidades personales.

En los despachos más grandes destacan la carga de trabajo, la extensión de la jornada laboral, la falta de medidas de flexibilidad y la excesiva presión laboral como las razones principales que impiden conciliar. Por otro lado, en los despachos unipersonales señalan las dificultades para desconectar, las expectativas de los clientes y la sobrecarga de responsabilidades personales.

Conclusiones: necesidad de mejorar en dignidad de la profesión, conciliación y apoyo a los jóvenes

A juicio del Decano Eugenio Ribón, “este ‘I Estudio sobre la situación de la abogacía madrileña’ tiene varias consecuencias e implicaciones significativas para la profesión legal en Madrid. En primer lugar, sobre la protección ante el maltrato y la vulneración de derechos de los profesionales de la abogacía en los Juzgados. El alto porcentaje de abogados que reportan haber experimentado maltrato o restricciones en el ejercicio de su profesión pone de manifiesto una necesidad urgente de mecanismos de protección y soporte, así como de una mayor sensibilización y reformas en el sistema”, advierte.

En segundo lugar, Eugenio Ribón señala la necesidad de “apoyo a la abogacía Joven: “los jóvenes abogados enfrentan desafíos únicos como la precariedad laboral y la dificultad en la captación de clientes. Esto indica la necesidad de programas de mentoría, oportunidades de networking, y soporte en el desarrollo de habilidades comerciales y profesionales”.

A continuación, el Decano del ICAM llama la atención sobre lo que es una de sus campañas personales: la necesidad de mejoras en la conciliación laboral y personal. “El informe revela que una proporción considerable de nuestros colegiados y colegiadas lucha por equilibrar el trabajo y la vida personal. Esto sugiere la necesidad de políticas y prácticas que promuevan un mejor equilibrio, como horarios más flexibles, soporte para el cuidado de los niños y ancianos, una cultura laboral más comprensiva y, sobre todo, normas que garanticen que los profesionales de la abogacía no estén sujetos a plazos improrrogables independientemente de su situación”, señala.

En cuarto lugar, pone el acento en la digitalización y la formación tecnológica: “con la creciente importancia de la tecnología en el ámbito legal, el uso limitado de herramientas avanzadas como el análisis de datos y la inteligencia artificial señala la necesidad de una mayor formación y adaptación tecnológica entre los abogados”, explica.

En cuanto a la estructura laboral, “dado que muchos profesionales trabajan en despachos pequeños o como autónomos, se pone en evidencia la necesidad de ofrecer soporte desde el Colegio en áreas como la gestión de negocios y el cumplimiento normativo. Algo que ya venimos haciendo, y de forma reforzada para el Turno de Oficio, con una oferta formativa gratuita que se ha multiplicado, pero que, además, a raíz de estos datos intensificaremos”.

Finalmente, Ribón advierte sobre la necesidad de atención a la diversidad y la inclusión: “la presencia destacada de mujeres jóvenes en la profesión y la diferencia en los roles y salarios entre géneros ponen de relieve la importancia de abordar temas de igualdad de género y diversidad en la profesión”.

En resumen, a juicio del Decano “los resultados del estudio pueden guiar al ICAM en la formulación de políticas, la toma de decisiones y la planificación de servicios y soporte para sus colegiados, asegurando que sus acciones sean relevantes y efectivas para la realidad actual de la profesión”.

Retrato robot del abogado madrileño

§ Edad: En torno a los 50 años.
§ Tipo de Práctica: Mayormente ejerciente, con una predominancia de trabajo en despachos, especialmente en pequeños o unipersonales.
§ Especialización: Tendencia a ejercer en derecho civil, aunque también participa en otras áreas como derecho procesal, laboral y penal.
§ Situación Laboral: Mayormente autónomo.
§ Ingresos: Promedio de 45.700 euros brutos anuales, con una concentración en el centro y norte de la Comunidad de Madrid.
§ Uso de Tecnología: Utiliza herramientas digitales como correo electrónico, ofimática y firma electrónica; menor uso de IA y análisis de datos.
§ Conciliación: Enfrenta retos en la conciliación trabajo-vida personal, especialmente en lo referente a la duración de la jornada laboral.

Retrato robot de la abogada madrileña

§ Edad: Sobre los 46 años.
§ Tipo de Práctica: Ejerciente, con una proporción mayor trabajando como abogada de empresa comparado con sus colegas masculinos.
§ Especialización: Destacada presencia en el ámbito del derecho familiar y laboral.
§ Situación Laboral: Tendencia a trabajar como asalariada, especialmente entre las abogadas más jóvenes.
§ Ingresos: El salario medio puede ser ligeramente menor al de sus colegas masculinos, aunque las no ejercientes y las de empresa tienen rangos salariales superiores.
§ Uso de Tecnología: Similar al masculino, con una utilización más notable de herramientas de colaboración en línea.
§ Conciliación: Enfrenta mayores desafíos en la conciliación trabajo-vida personal, y destaca la falta de apoyo de políticas públicas para conciliar.

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