La sección de Innovación y Abogacía del ICAM, dirigida por los abogados José Ramón Moratalla y Sara Molina, ha iniciado su nueva etapa con el propósito de que profesionales y empresas del sector legal se conviertan en pioneros de la innovación y catalizadores del cambio.
Para ello, en el primer acto organizado por sus nuevos responsables, se dio a conocer el informe «Rethink Legal: La disrupción imparable de un sector en transición», creado por Woman in a Legal Wolrd en colaboración con The Valley, y que cuenta con el apoyo de Lefebvre Sarrut y Deloitte Legal para ofrecer una visión vanguardista y actualizada del sector legal.
Las palabras de Teresa Parada, miembro de la Comisión Tecnológica de Woman in a Legal World , sirvieron para explicar el origen de esta iniciativa en el seno de dicha Comisión formada por nueve mujeres con perfiles distintos, “lo que convierte al informe en algo único”.
El informe se denomina Rethink “porque el poder más poderoso para el cambio es repensar. Sin la reflexión no podemos esperar cambios en nuestro ecosistema. Hoy en día la innovación, creatividad y pensamiento crítico son esenciales para poder afrontar los retos a los que nos enfrentamos. Este es un proyecto transversal que afecta todo el sector legal”, apuntó.
A lo largo de sus páginas “se habla de tecnología, pero no solo de ella. Sitúa a la persona en el centro y es algo más que un estudio legaltech sobre herramientas en el mercado, es mucho más transformador. En este contexto, el apoyo de The Valley es clave para el desarrollo de este informe, donde se destacan seis palancas clave para la transformación del sector de la abogacía”.
Disrupción en el sector legal
En su turno de palabra, Juan Luis Moreno, socio y director de innovación de The Valley presentó un extracto del informe para identificar esos elementos de cambio que ya están en el presente. “Tras la transformación digital en el sector legal ha llegado la IA, cuyo uso junto con los criterios ESG de sostenibilidad van a generar cambios importantes en todas las empresas”.
Desde su punto de vista, “el cambio es tan acelerado que implica una gestión regulatoria dentro del sector que tiene que ir a ese mismo ritmo acelerado. Estamos hablando de cambios en un entorno más complejo y vulnerable, donde es necesario esa versión sistémica y holística del abogado para poder anticiparse, predecir y gestionar los retos de sus empresas, despachos y clientes”.
Sobre esas seis palancas, recordó que abarcan “la montaña rusa regulatoria, la IA generativa, el humanismo tecnológico o la preparación de los equipos para ese futuro tan cambiante. Al mismo tiempo, identificamos como serán estos nuevos abogados en el futuro y, por último se trata de ver cómo somos capaces de acelerar la innovación en nuestro entorno y sector”.
En ese entorno regulatorio recordó que ya hay iniciativas para regular elementos como los factores ESG; coches autónomos, nuevos modelos descentralizados como los DAOS; criptomonedas, ciberseguridad, entornos conectados, derechos digitales y los llamados neuroderechos donde la Fundación de Rafael Yuste define cinco neuroderechos que incluyen la privacidad mental, el libre albedrío o la protección del sesgo”.
Este experto recordó un informe de Gartner que apunta a que en el 2026 las empresas triplicarán sus gastos de tecnología aplicada a la regulación, lo que se entiende como Regtech, “en un entorno desglobalizado donde cada empresa deberá conocer bien ese entorno regulatorio”.
Sobre la regulación que supone la IA como segunda palanca, Moreno comentó que “hemos pasado del uso de la IA para ser más eficientes desde modelos algorítmicos, pero ahora esta IA Generativa puede entender, comprender y razonar. Es un asistente importante para nuestro trabajo como abogados. Otra empresa como Goldman Sachs, en un informe presentado en el 2023 indica que el 44% de la actividad de los abogados podría automatizarse.”
La irrupción de la IA Generativa
Modelos de IA generativa como el de Harvey lo están utilizando ya despachos de abogados como Allen & Overy o PwC para automatizar funciones de los letrados, así como la iniciativa Genia de Lefebvre que ha desarrollado la primea herramienta de IA generativa basada en contenido jurídico. “El problema es la resistencia al cambio. Según Thomson Reuters un 51% de estos abogados estaría dispuesto a utilizarla”.
Respecto a la tercera palanca, el humanismo tecnológico, es clave el papel de los abogados para “dar ese servicio consultivo sobre las herramientas de IA a los clientes, especialmente para empresas grandes, las más pequeñas solo quieren esa automatización de documentos”.
Sobre la cuarta, Moreno la centró en la preparación de los equipos para el uso de dichas herramientas: “es un momento en el que salen nuevos roles y nuevas formas de trabajar. Surgen nuevos players que no vienen de la abogacía, pero que gracias a la tecnología resuelven esos problemas jurídicos. Junto a los profesionales de sistemas se requieren de IA, de Data para crear equipos multidisciplinares”.
En este contexto, este experto recordó el auge de los Alternative Legal Services Providers (ALS) que ofrecen soluciones legales de otra forma a los despachos tradicionales y están creciendo al ritmo del 20% anual, “donde ya trabajan juntos tecnólogos y abogados, tendencia que se va a extender a muchos despachos de abogados para sacarle más jugo al uso de la IA Generativa”.
En cuanto a la quinta palanca, este experto indicó la nueva generación de abogados jóvenes que llega a los despachos y que quiere trabajar “menos horas que los abogados tradicionales. El reto es saberlos captar en este nuevo escenario más flexible de la abogacía que se avecina. Muchos de ellos prefieren trabajar en una startup que en una empresa grande, esto empieza a influir en las universidades, donde preparan también a abogados como emprendedores”.
Por último, el sexto elemento tiene que ver con cómo adaptar la innovación a las empresas y al sector legal. “En este escenario hay que darse cuenta del esfuerzo de las organizaciones y despachos por utilizar estas herramientas Legaltech, entre las que hay que citar aquellas de Legal Design Thinking que permiten una mejor comprensión de los documentos jurídicos a través de ilustraciones, porque los textos legales son complejos y no todo el mundo los entiende realmente. Al final, es clave que la innovación en el sector legal se sepa asimilar por los propios abogados en sus bufetes”.
Mesa redonda sobre humanismo tecnológico
Tras la presentación del informe tuvo lugar una mesa redonda sobre los desafíos del humanismo tecnológico en la que participaron Leticia Álvarez Strategic Accounts en Google, ingeniera industrial e informática; y Aníbal Astobiza. filósofo, doctor en ciencias cognitivas y experto en el mundo de la ética en la IA y del dato. Tambiñen Dulce Miranda, socia de Deloitte Legal, experta en derecho digital y miembro del comité de ética de esta firma, todos ellos moderados por María de la O Martínez, directora de Innovación de Lefebvre Sarrut.
A lo largo de esta mesa redonda se habló de cómo organizar esta tecnología emergente con los valores humanos. En el caso de Google su ponente indicó que “nosotros nos hemos enfocado a la IA desde hace años como uno de los nichos de nuestro mercado. Los últimos modelos lanzados como Gemini, un modelo que recibe textos, voz, videos, imágenes y códigos. Llevamos más de diez años utilizando estas tecnologías. En todas nuestras herramientas hay IA“.
Recordó que Google “trabaja en el estudio de los cromosomas desde la IA, así como el conocimiento de materiales en 2.2 millones de materiales diferentes. Nuestro equipo de investigadores es el que está poniendo a disposición de la sociedad las herramientas de IA existentes. LA IA ha venido para ayudarnos, nos puede hacer mejores también fuera del sector legal”.
Para esta experta “la creatividad del ser humano es superior a la de la IA. Hay que potenciar las habilidades de comunicación y de creatividad que se van a necesitar en este entorno porque surgirán nuevas carreras relacionadas con los datos o con la ingeniería de prompts. La IA puede ayudar al progreso de la sociedad tanto a nivel médico, de banca, transportes. El humanismo tecnológico es necesario protegerlo”.
Por su parte, Dulce Miranda comentó que “las revolucione tecnológicas tienen siempre influencia dentro del ámbito laboral. Siempre surgen profesiones nuevas. Ahora surge de forma más rápido. Hace tres años, Randstad señalaba que el 85% de las profesiones existentes en el 2030 estaban por venir. Habrá cambio de habilidades profesionales a los que los abogados y despachos tendrán que adaptarse”.
Al final advierte de la necesidad de contar con “una formación más multidisciplinar porque la forma de afrontar este futuro es ser proactivo, de tal forma que tengamos claro cómo podemos seguir evolucionando. Hay que estar continuamente estudiando y aprendiendo. Gracias a la tecnología emergente de la IA se puede reducir la brecha digital existente en el futuro”.
En su opinión, “en la profesión legal hay cierto alarmismo, pero no creo que sustituya a los abogados. Será una herramienta necesaria para nuestro trabajo y nos ayudará a una búsqueda de jurisprudencia, análisis y redacción de documentos o due dilligence. Eso hará que los abogados nos formemos en campos nuevos que antes no existían. Hacen falta abogados expertos en ciberseguridad o gobernanza, por ejemplo”.
Para el filósofo Anibal Astobiza, “la IA en el mundo académico ayuda a fomentar la investigación desde el uso de dichas herramientas. En el plano docente es posible que haya un cambio importante. Ya no se va a pedir al alumno que retenga de forma memorística lo que se le enseña. Es posible que haya que repensar qué tipo de habilidades hay que enseñar”.
Este experto considera que “se puede trabajar con determinados modelos lingüísticos que no estén afectados por la privacidad. Creo que la colaboración entre el ser humano y la maquina puede ayudar a aumentar las capacidades cognitivas nuestras, así como nuestra productividad y eficiencia como profesionales”.
Desde su punto de vista, “es importante el control humano de estas herramientas para lograr la dimensión ética de esta tecnología y evitar en la medida de lo posible los sesgos que se derivan de los algoritmos”. A su juicio, es fundamental que cualquier entidad haga un uso ético de esa tecnología.
El evento lo cerró Esther Muñoz, responsable de desarrollo de negocio e innovación de Deloitte Legal, subrayando la importancia del humanismo digital, “un tema en auge que ha servido para realizar este estudio que hemos presentado y el posterior debate al que hemos acudido que ha sido bastante productivo, como hemos podido ver”.